¿Que cada ciudadano esté al tanto de la edad del planeta tierra?… (cálculo reciente 4,540 millones de años de edad con un margen de error menor al 1%)
¿Cuánto tiempo le llevó al planeta Tierra desde su rotación de un día compuesto de 6 horas, hasta alcanzar su rotación de un día de 24 horas?… (le llevó 56 millones de años)
¿Cuál es la piedra más antigua que se conoce?… (Geneis Acasta, en Canadá, de entre 4,031 a 3,580 millones de años de edad)
Tienen la razón, quizás sea demasiado pedir que la mayoría de nosotros esté al tanto de esos datos.
Sin embargo, parece que la desinformación sobre nuestro planeta va más allá de lo que sería lo mínimo recomendable para el bienestar de cualquier avispado ciudadano terrícola.
El año cósmico no tiene días feriados
Según el año cósmico, la historia del universo se mide como si toda esa historia hubiera sucedido en un año, con la intención de poder hacerse una idea de las proporciones del tiempo transcurrido desde la creación del universo.
Así, tenemos que el Big Band (El inicio del universo) sucedió el 1 de enero a media noche, y nuestro momento actual es el 31 de diciembre de ese mismo año.
Ya dentro de esta escala de tiempo, podemos decir que el Homo sapiens aparecía diez minutos antes de medianoche del último día del año, y toda la historia de la humanidad ocupa solo los últimos 21 segundos antes de la media noche de ese mismo día, 31 de diciembre.
¡Sí!…¿Te lo imaginaste por un momento? … ¿Estas seguro?
Pues tal es el recorrido desde la más tierna infancia hasta el presente de nuestro alocado universo y de nuestro, nada indefenso, planetillo azul.
A veces una cuestión de fe puede resolver el problema
De las religiones cristianas heredamos la idea de que el planeta no cambia, que siempre ha sido el mismo planeta desde la creación. Y si los cambios suceden puede ser por dos motivos:
Porque dios es el único que produce cambios, nos castiga a través de cataclismos (Ej. Sodoma y Gomorra, el diluvio, etc.) y otra serie de padecimientos telúricos.
Segunda posibilidad, los cambios provocados por la ambición del hombre destruyendo el paraíso terrenal con el progreso irresponsable (otro castigo por desobedientes, pecado primordial etc.)
¿Qué dice la ciencia?
La ciencia y la tecnología hacen su parte y nos hacen creer que el planeta es amigable y acogedor, pues allí donde el planeta es prácticamente arisco e inhabitable, la ciencia y la tecnología lo tornan accesible, si es caliente ponemos aire acondicionado o la calefacción si es frío, y por allí vamos buscando donde amarrar la hamaca, la comida está en el supermercado y si te duele la cabeza, anda compra una pastilla a la tienda. Todo al alcance de la mano.
¡Hay, que lindo nuestro planeta, mira que atardecer tan bello!
¿El cambio climático? ¡Muy bien, gracias!
Tan crédulos somos, que nos podríamos morir creyendo que estamos destruyendo nuestro querido e indefenso planeta. En nuestra linda fantasía, olvidamos que al planeta le importa un pepinillo que la atmósfera desaparezca, o si se agota el agua potable.
Al planeta le vale una hermosa y dorada chonga que la humanidad perezca, y si no me creen, pregúntenle al planeta lo que le sucedió a los dinosaurios y a otros millones de especies ya extintas que no hicieron nada para contaminar la tierra.
¡Hay no, allí viene este hombre con más números!
No olvidemos que solamente 29% de la superficie del planeta, son tierras emergidas (los continentes). Los océanos ocupan 71% de la superficie. El agua dulce (potable) ocupa el 3% de nuestra superficie. Eso, independientemente de que tiremos la basura a la calle, o que el río Acelhuate está sucio, o esto y aquello.
En ese 29% de tierras emergidas tenemos: Desiertos de todos los colores, pero igual de secos, montañas de alturas imposibles pues no hay oxigeno siquiera, glaciares de temperaturas abajo de cualquier congelador, piedras colosales accesibles a profesionales del alpinismo, dunas de arena que avanzan imparables sobre el continente, selvas impenetrables llenas de todo tipo de animalitos raros, chiribiscales, pampas y una serie de lugares inhabitables que nos dejan claro que este planeta, no es ningún caballo regalado.
Nuestro planeta nunca ha sido ni será un paraíso y ni siquiera tuvo la cortesía de regalarnos una muestra gratis del edén.
!Es lo que hay!
Hagan ustedes la rabieta que quieran, porque es el hombre el que ha realizado los pocos y siempre inútiles intentos de paraíso sobre esta tierrita inquieta y mal geniosa.
Aunque en el intento, tuvo que desviar ríos, fertilizó lo árido, domesticó plantas y animales, calentándose en inviernos, refrescándose en el calor; escondiéndose mientras le fue posible de huracanes, inundaciones, terremotos, pestes, erupciones y tsunamis, etc.
En la piscachita de tiempo que llevamos aquí (según el calendario cósmico), en la tierra; siempre hemos estado a punto de extinguirnos, ese cuento no es nuevo. Continuamos aquí, pero en definitivo no tenemos nada garantizado.
Como prueba de ello, llamo al banco de los testigos, a las centenas de civilizaciones desaparecidas, que ahora, solamente podemos contemplar en ruinas.
Eso si, el planeta tiene sentido del humor; un poco caustico, pero tiene.
Es perfectamente razonable que para todos nosotros resulte muy curioso, a veces divertido y quien sabe agotador, la serie de eventos desafortunados en los que nuestra vida se ve sometida a diario.
Vasos y vajillas que se resbalan de la mano y se hacen añicos contra el suelo, tropezones y resbalones de lo más cómicos, sillas que se quiebran o hamacas que se rompen y pulungún todos al suelo sin una razón satisfactoria.
Por supuesto que podría hacer una lista extensa de pequeños accidentes que ocurren a diario y que nos hacen arruinar objetos, lastimarnos en diferentes escalas de gravedad, que nos hace parecer torpes o que nos hace reírnos imprudentemente de la torpeza ajena, lo que por supuesto es menos grave y más divertido.
!Que la fuerza esté contigo!
Varios amigos cuando me describen la fe que profesan, ustedes ya saben, esa fe en un ser superior, omnipresente, pero en una versión más laica, sin infiernos ni cielos. Pero sí, esa misma fuerza que lo ha creado todo y a todo lo envuelve. Mis amigos me miran con aquella expresión de… ¿me vas a decir que no crees en esa versión tan chévere y sin tapado?
Les respondo que no consigo dejar de percibir que la fuerza implacable e irresistible a la que estamos sometidos, a despecho de todo eso, es otro tipo de fuerza, que de mística no tiene ni los calcetines.
Con esa fuerza no se trata de creer en ella o no, pensar en ella no es un acto de fe, ni se trata de medir los actos de su manifestación milagrosa; sino, de tener conciencia de su implacable existencia.
Y eso, no con intención de menospreciar o cuestionar creencias religiosas, pero sí, como una manera de prevenir o minimizar las consecuencias, bajo riesgo de sufrir sus efectos de una manera aún más terrible e impiedosa.
¡Jelloouuw! ¡Por supuesto que estoy hablando de la fuerza de gravedad!
Se trata del olvido más intencional y absurdo que ha perpetrado la humanidad.
El planeta es áspero e incomodo, por no decir, imposible.
No llevar en cuenta que está sometido por fuerzas gravitacionales que intervienen de forma contundente en el atolondrado y agitado destino de la raza humana, eso es querer demasiado.
Basta entrar a You Tube y hacer una búsqueda con una frase del tipo: “When things gone wrong” o “Epic fail” (Cuando las cosas salen mal, o Fallas épicas) que ustedes van a visualizar de lo que se trata, si es que aún tiene dudas.
En esos vídeos se puede observar, casi con algo de incredulidad, el choque entre nuestro disparatado planeta contra nuestra patética y blandengue humanidad. En esas secuencias de accidentes que nos hacen reír o a veces exclamar de pavor, vemos la acción implacable de las fuerzas de la gravedad.
No esperen de mí, una lista de manifestaciones de la fuerza de gravedad.
Sean indulgentes con este servidor y dense por satisfechos por saber que mientras leen este artículo experimentan 1 fuerza G (ese dolorcito en el trasero o la sensación de peso en los brazos), pero si les sobreviene un poco de tos, experimentaste 3.5 G (la sensación de que te atropelló la bicicleta del pan francés), pero si estornudaste, experimentaste 3.9 G. Lo que ustedes no hacen ni idea de lo grave que puede ser, a no ser decir prontamente: ¡Salúd!
Ojalá y no les suceda lo que sufrió un chico de Inglaterra que murió de un derrame cerebral porque sufrió una crisis de estornudos. Recuerden que nuestro cuerpecito es tremendamente blando exactamente para soportar las presiones increíbles a que se ve sometido en este lindo y gentil planeta.
La fuerza de gravedad existe, es omnipresente y todopoderosa.
Pero lo absurdo de todo eso, es que nos conducimos por la vida con la misma ingenuidad con la que las personas de los vídeos de YouTube se condujeron y de las cuales reclamamos con indignación por el descuido y la falta de prevención de accidentes. Y eso es realmente inquietante.
Por favor, recapaciten, arrepiéntanse y piensen dos veces en las tonterías que están a punto de realizar. Como cuando le quieren jalar la silla al primo gordito para que éste represente involuntariamente al ángel caído; o cuando ustedes dan aquel saltito pícaro al estilo Cantinflas cuando ven una cucaracha subirse a la acera.
O tu exasperante ingenuidad, cuando ya pasadito de tragos, crees que puedes frenar abruptamente y sin consecuencias, una masa de 5 a 10 quintales (un carrito, por decirlo de alguna manera) a una velocidad de 80 kms/hora. La fuerza de gravedad existe, es omnipresente y to-do-po-de-ro-sa.
Frases alusivas de gran contenido cívico y moral
- Puedo calcular el movimiento de los cuerpos celestes, pero no la locura de la gente. Isaac Newton (1643Londres- marzo de 1727)
- El universo no fue hecho a medida del hombre; tampoco le es hostil: es indiferente. Carl Sagan (1934-EE UU, 1996)
- Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro. Albert Einstein (1879 -8 de abril de 1955)
- Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda. Martin Luther King (1929 – 1968)
- Somos una imposibilidad en un universo imposible. Ray Bradbury (1920- junio de 2012)
- El universo es asimétrico y estoy convencido de que la vida es un resultado directo de la asimetría del universo, o de sus consecuencias indirectas. Luis Pasteur (1822 – septiembre de 1895)
- Feliz año nuevo 2017 para todos nosotros y ya saben, ¡cuidadito!
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